Dar el paso de iniciar terapia puede estar lleno de preguntas, expectativas y, en muchos casos, nervios. ¿Qué sucederá? ¿Cómo será la dinámica? ¿Qué debo decir? Si te has planteado estas preguntas, no estás solo. Entender lo que ocurre en una primera sesión puede ayudarte a sentirte más preparado y a aprovechar este encuentro al máximo. Este artículo, elaborado con las perspectivas de expertos en psicología y salud emocional, te ofrece una guía para que llegues con claridad y confianza.
Un espacio para conectar
Desde el momento en que entras al consultorio o te conectas virtualmente, el objetivo principal de la primera sesión es crear un espacio seguro y acogedor. El terapeuta buscará que te sientas cómodo, generando una conexión basada en el respeto y la confianza. Este ambiente está diseñado para permitirte ser tú mismo, sin juicios ni presiones.
En esta primera etapa, el profesional suele explicarte cómo funcionará el proceso terapéutico. Esto incluye detalles sobre la confidencialidad, la duración de las sesiones y qué esperar a lo largo del tratamiento. Es un momento ideal para despejar cualquier duda inicial y empezar a construir una relación terapéutica sólida.
El propósito de la primera sesión
La primera consulta no es solo un encuentro introductorio; es una oportunidad para que el terapeuta conozca tu historia y las razones que te llevaron a buscar ayuda. Durante esta sesión, se busca:
- Entender tus motivos y preocupaciones: El terapeuta te hará preguntas abiertas para explorar cómo te sientes y qué esperas lograr en terapia.
- Conocer tu contexto: También es común que pregunte sobre aspectos de tu vida, como tu entorno familiar, laboral o tus experiencias previas en salud mental.
Aunque estos temas puedan parecer amplios, no necesitas tener respuestas detalladas o perfectas. El objetivo no es resolverlo todo en una sola sesión, sino empezar a identificar los puntos clave que guiarán el trabajo terapéutico.
Si no sabes qué decir, está bien
Una de las mayores preocupaciones antes de la primera consulta es no saber por dónde empezar. ¿Qué pasa si me quedo en blanco? No te preocupes, es más común de lo que crees.
En estos casos, puedes simplemente compartir lo que sientes en el momento: nervios, confusión o incluso incertidumbre sobre qué quieres abordar. El terapeuta está preparado para guiar la conversación de manera que te sientas cada vez más cómodo. Lo más importante es ser honesto contigo mismo; no necesitas prepararte demasiado ni decir lo «correcto». Todo lo que compartas será valioso para avanzar en el proceso.
La dinámica de la sesión
Exploración inicial:
El terapeuta trabajará contigo para comprender tus emociones y experiencias desde una perspectiva amplia. Puede que hable contigo sobre temas como:
- Tus relaciones interpersonales.
- Momentos o situaciones que han impactado tu vida recientemente.
- Cómo sueles gestionar el estrés o las emociones difíciles.
Definición de objetivos:
Es probable que en esta primera sesión también se empiece a definir qué esperas de la terapia. Puede ser trabajar en emociones específicas, superar una crisis o simplemente entenderte mejor. Estas metas iniciales son flexibles y pueden ajustarse con el tiempo.
Detalles prácticos:
Además de la parte emocional, el terapeuta te explicará aspectos logísticos como la frecuencia de las sesiones, la duración de cada una y cualquier información administrativa necesaria.
Qué emociones puedes experimentar
La primera sesión puede despertar emociones intensas, especialmente si hablas de temas que has evitado o si es la primera vez que compartes tus preocupaciones con alguien. Algunas personas sienten alivio, mientras que otras pueden experimentar cansancio emocional. Ambas reacciones son normales y forman parte del proceso de adaptación al espacio terapéutico.
Es importante recordar que estas emociones no indican si la terapia fue «buena» o «mala»; simplemente reflejan que has empezado a trabajar en algo significativo para ti. Date el tiempo necesario para procesar lo que sentiste después de la sesión.
Consejos para aprovechar tu primera sesión
- Sé tú mismo: No intentes ocultar emociones ni presentar una versión idealizada de ti. Este es un espacio para ser auténtico.
- Haz preguntas: Si tienes dudas sobre cómo funcionará la terapia o sobre algo que dijo el terapeuta, no dudes en preguntar. La comunicación es clave.
- Tómalo con calma: No esperes resolver todo en una sola sesión. Este es el inicio de un camino, no el destino final.
- Reflexiona después: Reserva un momento después de la sesión para pensar en lo que sentiste y si la dinámica te resultó cómoda.
Conclusión
Tu primera sesión de terapia es un paso importante hacia el cuidado de tu bienestar emocional. Más que un lugar donde encuentres respuestas inmediatas, la terapia es un proceso que se construye con paciencia y confianza.
Aunque las expectativas puedan generar nervios, cada sesión es una oportunidad para explorar tus emociones y desarrollar herramientas que mejoren tu calidad de vida. Confía en el proceso y en el profesional que has elegido. Este es tu espacio, tu momento, y lo más importante: tu camino hacia un mayor bienestar.










