El momento en que decides acudir a tu primera consulta psicológica suele venir cargado de emociones: nervios, curiosidad, tal vez un poco de miedo. ¿Y si no sé qué decir? ¿Y si me juzgan? Esos pensamientos son normales. Estás a punto de dar un paso importante hacia tu bienestar, y, como todo lo nuevo, da vértigo. Pero no te preocupes: este artículo es una guía para ayudarte a sentirte preparado y cómodo en esta primera cita contigo mismo.
¿Por qué da miedo el primer paso?
Imagina que llevas meses con una mochila pesada en la espalda, llena de problemas, dudas y emociones sin resolver. Decides buscar ayuda y llega el día de dejar que alguien te ayude a abrirla. Claro que da miedo: es tu vida, tus historias, tu vulnerabilidad. Pero en esa consulta no hay juicios ni evaluaciones; hay un espacio seguro diseñado para escucharte.
La psicóloga Marian Rojas dice que este es el primer regalo que te haces a ti mismo: dedicar tiempo y atención a tus emociones. Así que respira hondo. No necesitas saber exactamente qué vas a decir. El terapeuta estará ahí para guiarte.
Qué esperar en tu primera sesión
La primera consulta es, sobre todo, una conversación. El terapeuta buscará conocerte: quién eres, qué te preocupa y qué esperas del proceso. Probablemente te hará preguntas abiertas como:
- ¿Por qué decidiste venir hoy?
- ¿Qué esperas lograr con esta terapia?
- ¿Hay algo específico que te gustaría trabajar?
Es un espacio diseñado para que hables con total libertad y sin juicios. Incluso si no tienes respuestas claras a estas preguntas, lo importante es ser honesto y abierto. Si te sientes nervioso sobre cómo prepararte o qué esperar en esta primera sesión, puedes consultar nuestra guía sobre cómo prepararte para tu primera consulta psicológica. Ahí encontrarás consejos prácticos que te ayudarán a llegar con más confianza y claridad.aras. «Ven con apertura y humildad; no se trata de ser perfecto, sino de ser real», aconseja.
Consejos prácticos para prepararte
- Haz una lista mental (o escrita): No necesitas llegar con un discurso preparado, pero puede ayudarte pensar en algunos temas que te preocupan. Tal vez sea estrés, relaciones difíciles o un sentimiento constante de vacío.
- Deja los prejuicios en casa: No tienes que impresionar al terapeuta ni justificar tus emociones. Es un lugar libre de críticas.
- Permítete sentir nervios: Enrique Rojas asegura que los nervios son una señal de que estás haciendo algo importante para ti. Son parte del proceso.
- Descansa bien: Una mente descansada es más receptiva. Evita llegar corriendo o con prisas.
El inicio de algo grande
Tomar la decisión de ir a terapia es como abrir una ventana después de mucho tiempo: al principio, puede ser incómodo, incluso doloroso, pero luego sientes la frescura del aire nuevo. Quizás no salgas de la primera consulta con todas las respuestas, pero habrás dado el primer paso en un camino lleno de autodescubrimiento y crecimiento.
La terapia no es un destino, es un viaje










