Ataque de pánico

Escríbenos para una consulta.

Descipción General

El trastorno de pánico es un trastorno de ansiedad que se caracteriza por ataques de pánico recurrentes e inesperados. Estos ataques son episodios de miedo extremo y repentino que pueden durar desde unos pocos minutos hasta media hora, aunque los efectos de la ansiedad pueden persistir por más tiempo. Durante un ataque de pánico, una persona puede experimentar síntomas físicos intensos, como palpitaciones, sudoración, dificultad para respirar y una sensación de pérdida de control.
El trastorno de pánico es una condición bastante común, afectando a alrededor del 2 al 3% de la población mundial en algún momento de sus vidas. Este trastorno suele comenzar en la adolescencia o la adultez temprana, aunque puede aparecer a cualquier edad. Es más común en mujeres que en hombres, con aproximadamente el doble de incidencia en mujeres. La prevalencia de este trastorno puede variar según el contexto social y cultural, y en algunos casos puede pasar desapercibido o confundirse con otros trastornos.

Síntomas

  • Palpitaciones o frecuencia cardíaca elevada

    La persona siente que el corazón le late muy rápido o incluso que "se le va a salir del pecho".
  • Sudoración excesiva

    Puede comenzar a sudar sin razón aparente, incluso si el ambiente es fresco.
  • Dificultad para respirar

    Durante un ataque de pánico, es común experimentar una sensación de falta de aire o una incapacidad para respirar profundamente.
  • Sensación de asfixia

    La persona puede sentir como si algo estuviera apretándole la garganta o el pecho, lo cual aumenta la sensación de miedo.
  • Mareo o desmayo

    Puede sentirse mareado, inestable o con visión borrosa, como si fuera a desmayarse.
  • Escalofríos o sensaciones de calor

    Es común que aparezcan oleadas de calor o frío de forma repentina.
  • Náuseas o molestias abdominales

    A menudo, el miedo se acompaña de una sensación de malestar en el estómago.
  • Miedo a morir

    Muchas personas sienten que el ataque de pánico puede ser fatal, lo cual intensifica los síntomas.

Factores De Riesgo

Algunos factores de riesgo aumentan la probabilidad de que una persona desarrolle el trastorno de pánico. Estos factores incluyen aspectos tanto ambientales como personales que pueden predisponer a alguien a experimentar ataques de pánico.
  • Antecedentes familiares

    Las personas con familiares cercanos que han tenido trastornos de ansiedad o pánico tienen un mayor riesgo de desarrollarlos.
  • Estrés continuo

    Situaciones de estrés crónico, como problemas financieros, laborales o familiares, pueden incrementar el riesgo de padecer este trastorno.
  • Eventos traumáticos o cambios de vida importantes

    Vivencias como la pérdida de un ser querido, un accidente o incluso eventos positivos como un matrimonio o el nacimiento de un hijo pueden desencadenar episodios de pánico en personas vulnerables.
  • Consumo de sustancias

    El consumo de alcohol y drogas, o incluso la cafeína en exceso, puede agravar la ansiedad y desencadenar ataques de pánico.
  • Características de personalidad

    Las personas con tendencia a ser más nerviosas, preocupadas o a necesitar controlar su entorno son más propensas a experimentar ansiedad y ataques de pánico.

Causas

El origen del trastorno de pánico no está completamente claro, pero varios factores pueden contribuir a su desarrollo. Estos factores son una combinación de aspectos biológicos, psicológicos y ambientales que influyen en el riesgo de desarrollar el trastorno.
  • Genética

    Tener antecedentes familiares de trastornos de ansiedad puede aumentar el riesgo de desarrollar el trastorno de pánico. Esto sugiere que existe una predisposición genética que hace a algunas personas más vulnerables.
  • Desequilibrios químicos en el cerebro

    La serotonina y la norepinefrina son neurotransmisores relacionados con el estado de ánimo y la respuesta al estrés. Alteraciones en los niveles de estos químicos pueden estar vinculadas al desarrollo de ataques de pánico.
  • Estrés acumulado o eventos traumáticos

    Experiencias estresantes, como la muerte de un ser querido, problemas financieros o un cambio de vida importante, pueden desencadenar el trastorno de pánico, especialmente si la persona ya es propensa a la ansiedad.
  • Factores psicológicos y personalidad

    Las personas con personalidad ansiosa, que tienden a preocuparse en exceso o que tienen miedo de perder el control, son más propensas a desarrollar este trastorno.
  • Experiencias de miedo intenso o traumas previos

    Vivencias de miedo extremo en la infancia o en la vida adulta pueden influir en la aparición de ataques de pánico, pues el cerebro "aprende" a reaccionar con temor desmedido ante ciertas situaciones.

Tratamiento

Existen varios tratamientos efectivos para el trastorno de pánico que pueden ayudar a reducir la frecuencia e intensidad de los ataques de pánico y mejorar la calidad de vida. Los tratamientos pueden incluir terapia, medicamentos o una combinación de ambos.
  • Terapia Cognitivo-Conductual (TCC)

    La TCC es uno de los tratamientos más eficaces para el trastorno de pánico. Ayuda a la persona a identificar y cambiar patrones de pensamiento y comportamientos que pueden estar causando o agravando los ataques de pánico.
  • Medicamentos Antidepresivos

    Los antidepresivos, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), se utilizan comúnmente en el tratamiento del trastorno de pánico. Ayudan a equilibrar los niveles de ciertos neurotransmisores y a reducir los síntomas de ansiedad a largo plazo.
  • Medicamentos Ansiolíticos

    Algunos ansiolíticos, como las benzodiazepinas, pueden ser recetados para un alivio rápido durante un ataque de pánico. Sin embargo, suelen ser de uso limitado debido al riesgo de dependencia.
  • Terapia de Exposición

    En este tipo de terapia, el paciente se expone gradualmente a situaciones que le provocan ansiedad, aprendiendo a controlarla en el proceso. Esto puede reducir el miedo y la necesidad de evitar ciertos lugares o situaciones.
  • Técnicas de Relajación y Mindfulness

    Estas técnicas incluyen ejercicios de respiración, meditación y yoga, que ayudan a reducir el estrés y a mejorar la respuesta del cuerpo a situaciones de ansiedad.

Criterios de Diagnóstico

El diagnóstico del trastorno de pánico generalmente sigue los criterios establecidos en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5). Según estos criterios, para que alguien sea diagnosticado con trastorno de pánico, debe experimentar ataques de pánico inesperados y recurrentes, y al menos uno de estos ataques debe ir seguido de un mes (o más) de preocupación constante por experimentar otro ataque o de comportamientos para evitarlo, como evitar ciertos lugares o situaciones.
  • Entrevista clínica

    Un profesional de la salud mental evalúa la historia médica, los síntomas y las experiencias personales del paciente. Esto ayuda a determinar si cumple con los criterios del DSM-5.
  • Cuestionarios de autoevaluación

    Herramientas como el Inventario de Ansiedad de Beck o el Inventario de Pánico y Agorafobia se utilizan para evaluar la gravedad y frecuencia de los síntomas de pánico y ansiedad.
  • Evaluación física y análisis de laboratorio

    Estos exámenes pueden descartar otras causas médicas, como problemas de tiroides o cardiacos, que podrían presentar síntomas similares a los de un ataque de pánico.
Alcanza tu bienestar integral con nuestras especalistas

Preguntas Frecuentes (FAQ)

Todo lo que necesitas saber de Ataque de pánico

Contáctanos

No, aunque los ataques de pánico pueden sentirse aterradores y provocar síntomas físicos intensos, no son peligrosos ni causan daño físico a largo plazo. Sin embargo, sí pueden afectar la calidad de vida y llevar al desarrollo de otros problemas de ansiedad si no se tratan.

Los síntomas de un ataque de pánico pueden parecerse a los de un problema cardíaco, como dolor en el pecho y dificultad para respirar. Si es la primera vez que experimentas estos síntomas, es recomendable acudir a un médico para descartar problemas físicos. Con el tiempo, una persona que experimenta ataques de pánico aprende a reconocer las señales y puede diferenciar entre un ataque de pánico y otros problemas.

Sí, muchas personas pueden manejar sus síntomas con terapia, especialmente la terapia cognitivo-conductual, y con técnicas de manejo del estrés, como la respiración profunda y la meditación. En algunos casos, los medicamentos pueden ayudar, pero no son necesarios para todos los pacientes.

Intenta concentrarte en tu respiración realizando respiraciones lentas y profundas. Recuérdate que los síntomas son temporales y que pasarán pronto. Algunos encuentran útil repetir frases de tranquilidad, como «esto es solo ansiedad; va a pasar.»

No existe una «cura» definitiva, pero muchas personas logran manejar sus síntomas de forma efectiva y llevar una vida plena. Con tratamiento, es posible reducir o incluso eliminar los ataques de pánico por completo.

Mantén la calma, ofrécele apoyo y asegúrale que todo está bien. Invita a la persona a concentrarse en la respiración y evita hacer preguntas que puedan generar más ansiedad.

Tu Bienestar, Nuestra Prioridad

Bienestar Integral

Descubre artículos escritos por profesionales dedicados a tu bienestar. Con enfoques que van desde la salud mental hasta el equilibrio nutricional, cada contenido está diseñado para ayudarte a vivir una vida más plena y saludable.