Ilustración que representa las funciones de un psicólogo infantil: profesional guiando a un niño durante una actividad terapéutica con bloques de colores.

Habilidades y Funciones de un psicólogo infantil

¿Qué evalúa y diagnostica un psicólogo infantil? Te explicamos cómo detecta problemas emocionales y de conducta.
Habla Con Un Experto

Compartir

¿Qué hace exactamente un psicólogo infantil? Te lo explico con ejemplos reales.

A veces, los padres llegan a consulta esperando que «arreglemos» al niño. Como si fuera un rompecabezas con una pieza fuera de lugar. Pero un psicólogo infantil no repara. Acompaña, comprende, contiene. Ayuda a que ese niño entienda lo que le pasa por dentro y encuentre nuevas formas de estar en el mundo.

En este artículo te cuento qué hace un psicólogo infantil, cuáles son sus funciones y qué habilidades necesita tener para acompañar procesos emocionales con sensibilidad, paciencia y profesionalismo.

Funciones principales del psicólogo infantil

El trabajo de un terapeuta infantil es mucho más que jugar en una sala de colores. Estas son algunas de sus funciones clave:

Evaluar el estado emocional y conductual del niño

El primer paso es conocer al niño desde su universo interno. A través de entrevistas con los padres, juegos proyectivos, dibujos libres, observación del comportamiento y técnicas específicas, el psicólogo infantil explora cómo siente, piensa y actúa el niño. Se busca comprender si hay ansiedad, tristeza, baja autoestima, miedos intensos o comportamientos que reflejen un malestar emocional. Esta evaluación no se limita a etiquetas diagnósticas, sino que intenta ver al niño en su contexto. Para saber más sobre este proceso, podés leer qué detecta un psicólogo infantil durante una evaluación.

Diseñar un plan de intervención terapéutica

Una vez comprendido el panorama emocional del niño, el psicólogo arma un plan de acción. Este plan incluye objetivos claros (por ejemplo: mejorar la expresión emocional o reducir conductas agresivas), herramientas terapéuticas específicas (como el juego simbólico, cuentos terapéuticos o rutinas de relajación) y una frecuencia de sesiones acorde a las necesidades. Además, contempla cómo incluir a la familia y, si es necesario, a la escuela en el proceso.

Acompañar el proceso emocional del niño

El espacio terapéutico se convierte en un lugar seguro donde el niño puede mostrar lo que siente sin temor a ser juzgado. El terapeuta valida sus emociones, lo ayuda a entenderlas y le enseña maneras saludables de expresarlas. A veces, hablar no es lo primero: se empieza dibujando, jugando, inventando historias que dan pistas sobre lo que está viviendo por dentro.

Trabajar en conjunto con padres y cuidadores

El trabajo con la familia no es opcional, es parte central del proceso. Los adultos que rodean al niño también necesitan comprender lo que está ocurriendo, ajustar expectativas y adquirir recursos para acompañarlo. Por eso, el psicólogo infantil ofrece espacios de devolución, orientación parental y seguimiento para fortalecer el rol de los cuidadores como figuras de apoyo emocional.

Coordinar con otros espacios (escuela, pediatra, etc.)

La vida del niño no sucede solo en el consultorio. Muchas veces, sus dificultades se reflejan o amplifican en la escuela o tienen componentes médicos asociados. Por eso, el psicólogo infantil puede trabajar articuladamente con docentes, orientadores escolares, pediatras o terapeutas del lenguaje, promoviendo una mirada integral que potencie los avances terapéuticos desde todos los frentes.

Habilidades esenciales de un terapeuta infantil

La teoría y la formación son importantes, pero hay habilidades que marcan la diferencia en el vínculo terapéutico:

Empatía genuina

Poder ponerse en los zapatos de un niño, sin minimizar sus emociones. Validar lo que siente sin juzgar.

Escucha activa

No solo escuchar lo que dice, sino también lo que calla. Lo que dibuja. Lo que actúa en el juego.

Paciencia y flexibilidad

Cada niño tiene sus tiempos. Forzar el proceso o apurarlo solo genera resistencia. Saber esperar es clave.

Creatividad

El juego, el dibujo, las historias inventadas… todo es material para trabajar. La creatividad abre caminos donde las palabras todavía no alcanzan.

Capacidad de contención

Ser un espacio seguro. Transmitir calma, incluso cuando el niño está en crisis. Ser ese adulto confiable que sostiene.

¿Qué formación debe tener un psicólogo infantil?

Un buen terapeuta infantil no solo tiene formación universitaria en psicología, sino que ha profundizado en áreas como:

  • Psicología del desarrollo
  • Psicopatología infantil
  • Técnicas de juego y terapia lúdica
  • Intervenciones en trauma y apego
  • Trabajo con familias y escuelas

En Mood Clinic, todos nuestros profesionales están capacitados y en formación constante.

¿Cómo elegir al profesional adecuado?

Podés guiarte por:

  • Su experiencia en infancia
  • Las técnicas que utiliza
  • Su enfoque de trabajo (respetuoso, colaborativo)
  • Cómo te sentís vos y tu hijo con esa persona

Si querés conocer a nuestro equipo, te invito a visitar la sección de orientación profesional o escribirnos.

En resumen

Un psicólogo infantil:

  • Escucha y comprende sin juzgar
  • Traduce lo que el niño no sabe decir
  • Trabaja junto a la familia
  • Interviene con respeto y paciencia

Si sentís que tu hijo necesita ese tipo de acompañamiento, conocé nuestro equipo o escribinos para saber más sobre nuestro servicio de terapia infantojuvenil.

Alcanza tu bienestar integral con nuestras especalistas

Preguntas Frecuentes (FAQ)

Todo lo que necesitas saber de Habilidades y Funciones de un psicólogo infantil

Contáctanos

No. Una parte esencial de su trabajo es acompañar también a los padres y, si es necesario, a otros adultos como docentes o cuidadores. La terapia infantil es un proceso que involucra a todo el entorno.

Ambos tienen formación en psicología, pero el infantil está especializado en desarrollo emocional, cognitivo y conductual de niños, y usa técnicas adaptadas a su lenguaje, como el juego, el dibujo y la narrativa.

Observá cómo se siente tu hijo en las sesiones, si el vínculo fluye, si el profesional te incluye en el proceso y si te brinda claridad y contención. La confianza y el enfoque respetuoso son claves.

Depende del motivo de consulta y de la evolución del niño. Hay procesos breves (de unas pocas sesiones) y otros más prolongados. Lo importante es evaluar avances de forma conjunta con el terapeuta.

No del todo. El acompañamiento familiar es vital. A veces el cambio más potente sucede cuando los padres también se animan a mirar distinto y hacer ajustes desde su lugar.